- La presentación organizada por la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, reunió a más de 100 profesores y personal académico del plantel y de otras casas educativas.
El Dr. Cristian Salazar Concha, académico investigador de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Austral de Chile, presentó su conferencia virtual a la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Los efectos psicosociales de las TICs fue el tema de la presentación organizada por Joel Vélez, director de la Oficina Institucional de Relaciones Internacionales (OIRI).
La presentación, que reunió a más de 100 profesores y personal académico de la PUCPR, aclaró la naturaleza del teletrabajo y las mejores prácticas para llevarlo a cabo saludablemente. “Despertamos y parece que lo hicimos cinco años después de nuestra realidad. Los que no estábamos preparados hemos tenido que acomodar nuestras casas, hablar con nuestras familias, hacer contratos con ellos, combatir con ciertas circunstancias que aparecen en el hogar y esto podría generar en las personas emociones negativas y altos niveles de estrés. El teletrabajo se trata de cumplir metas y objetivos. De hacer las cosas bien en el ritmo de cada uno sin perder la visión, la cultura y los objetivos de la organización”, enfatizó el Dr. Salazar.
“Los efectos que puede traer la no prevención del tecnoestrés es que puedo disminuir la productividad, presentando disminución de satisfacción, así como del compromiso con la organización. Calambres musculares, resistencia a aprender, fatiga mental, problemas en la piel, problemas para dormir, aceleración del pulso, dolores de cabeza, comportamientos adictivos con la tecnología, son algunas consecuencias que se pueden presentar en el manejo incorrecto del trabajo a distancia”, apuntó el Dr. Salazar.
El conferenciante destacó que la prevención del tecnoestrés no depende solo de la empresa, también requiere de una actitud personal de autoeficacia. El experto recomendó generar una rutina de teletrabajo y cumplirla: dividir la jornada en dos partes, sea mañana y tarde o tarde y noche o mañana y noche; comenzar las reuniones virtuales con alegría; incorporar pausas en cada jornada de trabajo que incluyan ejercicios físicos, tomar un café o hablar con la familia; respetar las horas de alimentación y desconexión; no trabajar más de ocho horas diarias; y desconectarse, relajarse o hablar con las amistades al terminar la jornada laboral.
Aunque la conferencia virtual estuvo dirigida a la prevención del tecnoestrés en la facultad, la teledocencia también impacta directamente a los estudiantes. El académico precisó considerar elementos para prevenir el tecnoestrés en esta población. Por ejemplo, recomendó tener guías de trabajo específicas, atender individualmente el avance de los estudiantes, maximizar el uso de los foros de discusión, realizar conferencias en un máximo de 25 minutos, proponer espacios de interacción, y producir podcasts. Para muchos estudiantes es difícil reinventarse cuando no están preparados para tomar cursos en línea porque no tienen internet o no tienen computadoras. Ante ello, el académico recomendó ser flexibles y planificados para que los estudiantes tengan el conocimiento de las fechas precisas de las actividades y las diversas formas de evaluación tales como el estudio de casos y la solución de problemas.
El conferenciante aseguró que “esta es una gran oportunidad para que las universidades y otras organizaciones prueben distintos modelos de relaciones laborales y de flexibilidad laboral”.